domingo, 20 de mayo de 2007

Adiós

Frente a frente, ambos hermanos se miraban a los ojos sin ser capaces de reaccionar. Nunca antes se habían visto mas tenían la extraña sensación que se conocían desde siempre, como si de algún modo hubieran estado unidos a pesar de la distancia que los separaba. Por su mente pasaron como una exalación sueños y pesadillas que habían sido olvidados y ahora no sólo recordaban con fuerza sino que cobraban sentido. Reconocían el rostro de quien tenían delante como el protagonista de aquellos sueños, recordaban como se habían apoyado en momentos difíciles a aquel ser inexistente que ahora habría cobrado vida...
-Así que hermanos - murmuró Drentor interrumpiendo sus pensamientos - Era una de las posibilidades que barajábamos, pero nos fue totalmente imposible confirmarlo. Sabíamos que entre vosotros había un vínculo fuerte pero desconocíamos cual.
Lo miraron fijamente. Había tantas preguntas que hacer que hubieran querido interrogarle ahí y ahora. Pero...
- Sabéis bien que la situación es complicada y no hay tiempo para explicaciones. - dijo Drentor adivinando sus pensamientos - Es necesario que lleguéis hasta la Fortaleza del Viento lo antes posible, donde estaréis seguros por ahora. Allí Veilton os lo explicará todo.
- ¿La fortaleza del Viento? - preguntó Artior - ¿No es esa la ciudad prohibida de los magos?
- Si - Contestó Miren - Ésa es. Allí es donde vivimos.
- Miren - prosiguió Drentor - ¿Cual es el plan de Veilton?
La maga les explicó que había dejado el caballo en unas cuevas y que Veilton pretendía entretener al enemigo para ayudarles a escapar. Una vez llegaran deberían recoger el caballo y llegar hasta La Fortaleza del Viento, que estaba a unos 3 días a caballo desde allí.
- Muy propio de ese viejo inconsciente - gruñó el elfo. Miren sonrió pues no le eran nuevas las peleas entre aquellos dos viejos amigos - Pretender llevar a un pobre caballo hasta la extenuación, cabalgando sin parar y con dos jinetes. Y encima se quiere llevar la diversión él sólo. - dijo simulando una cara de enfado - Bien, esto es lo que vamos a hacer: tú y Artior os dirigiréis a las cuevas. En lugar de ir directamente hasta la fortaleza, tomaréis el camino de la posada del Viajero Cansado. Allí le pediréis a Grendy un par de buenos caballos frescos para continuar el camino.
- Pero... ¿Como vamos a conseguir que nos de un par de caballos? La última que fuimos allí no nos dejó ni siquiera acercarnos a ellos - se quejó Artior
- Jajajaja - rio Drentor - Esa elfa es una cascarrabias y tiene mucho cariño a sus caballos. Sin embargo es una buena amiga y os ayudará.
- ¿Entonces tu tampoco vienes con nosotros? - Preguntó Miren disgustada
- No, yo iré con Falkyn a buscar a ese mago cabezota. No quiero que se quede con toda la diversión - contestó guiñándole un ojo
- ¿Con Falkyn? ¿Y como llegaremos hasta las cuevas? Yo no estoy segura que pueda encontrar el camino de vuelta, sólo Falkyn lo conoce - Se quejó
- Yo sé llegar hasta ellas - interrumpió Artior
- Miren - dijo Drentor - Artior conoce este bosque mejor que nadie. No podrías encontrar mejor guía en estas tierras. Ahora démonos prisa, no podemos retrasarnos más
Tras decir eso, Drentor salió por la puerta seguido de Miren. Tras ellos, Artior recogió la mochila, el arco y las flechas y salió también por la puerta, girándose para mirar por última vez el que había sido su hogar durante tanto tiempo. Cerró la puerta con suavidad y la acarició, despidiéndose de ella. Había muchos recuerdos allí: las lecciones de Drentor, su primera pesca, su primer arco, aquella vez que llegó lleno de moratones por haberse peleado por Daphny, Daphny... Su imagen se le apareció, sonriendo, provocándole, riéndose de él, besándole... Siempre había sabido que su destino no iba a ser fácil, eso nunca se lo habían ocultado, pero ahora se sentía desolado. Drentor que estaba a su lado le puso la mano en el hombro
- Artior...
Él se giró y lo miró. Tenían que separarse y, aunque de él sólo fuera temporalmente, no pudo reprimir el deseo de abrazarlo
- ¡Abuelo!
Drentor le devolvió el abrazo con cariño.
- Hasta pronto, hijo mío. Ten cuidado
Tras decir eso se separó de Artior, le dijo adiós a Miren inclinando la cabeza y se dirigió a la profundidad del bosque, seguido inmediatamente por Falkyn. Drentor desapareció pronto, pero Altior se quedó mirando en esa dirección hasta que sintió una mano cálida que le pasaba por la espalda y le cogía la cintura
- Vamos hermanito, no tenemos mucho tiempo - Dijo con suavidad Miren. El la miró a los ojos y sonrió
- Vamos hermanita - Se sorprendió a si mismo diciendo eso pues era como si la conociera desde siempre y no tan sólo desde hacía unos minutos. Era como si siempre hubiera estado a su lado y sentía que podía confiarle incluso su vida si fuera necesario
- Resulta extraño tener de repente un hermano y que me parezca normal - Dijo ella expresando los pensamientos de ambos en voz alta. - Es como si siempre hubiera sido así
- Si, es como si siempre hubieras estado a mi lado - contestó él mirándole a los ojos. Y tras decir esto, iniciaron la marcha y desaparecieron.



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